martes, 7 de diciembre de 2010

Asechando tu mente

El camino hacia aquel lugar se hiso realmente largo, sobre todo porque antes Ewon había pasado por una carretera encontrándose con la patrulla que llevaba al niño llorón adentro de éste, Ewon se bajó para tocar la ventanilla y el policía lo miró enfadado por ser utilizado por la peor escoria sobre la faz de la tierra, la mafia. Tomó al niño en sus brazos y se lo entregó al rubio quién sonrió apenado mientras el chico hacia berrinches llamando a su padre.

-Será mejor que no haga nada pequeño joven…- Ewon le acarició la cabeza para abrir la puerta por donde se encontraba llorando Chul que miró al chico sorprendido extendiendo los brazos para aferrarse a él, kiichi se hiso el fuerte y simplemente se sentó al l lado de Chul tomándole la mano, debía reconocer que el niño sentía miedo del hombre que yacía sentado a unos centímetros de ellos por lo que apretó la mano de Chul como si tratase de un conocido.

-Él es un mal padre…- Comentó kiichi muy bajo para que Chul escuchara mas el pequeño mestizo le apretó la mano negando con cara de desesperación que aquello no era así mientras volvía a llorar por la situación en la que se encontraban.

- Oto-san es una buena persona…es primera vez que le veo así- Comentó mientras Kiichi suspiraba limpiándole las lágrimas con la manga de su poleron.

-Deja de llorar, mocoso- Comentó el mayor de ambos pequeños quién desviaba la mirada fría hacia Moo-kyul quién yacía con los ojos cerrados, aquella mirada demostraba abiertamente que ambos seres tenían más en común de lo que alguna vez Ryuichi pudo haber imaginado.

-Cuando Oto-san habla de Ryu-chan pone una expresión tranquila, me mostró todos sus videos para que yo cantara las canciones para él…Oto-san no es mala persona, por favor, créeme…- Mookyul levantó la cabeza para ver al par de pequeños y suspirar por la forma en la que se estaba comportando.

-Dejen el berrinche, Ewon los llevará a comer helado y a jugar en no sé qué mierda de lugar- Levantó ambas manos para desordenarle los cabellos a los mocosos, Kiichi alejó la mano haciéndose el fuerte para desviar la mirada, por alguna razón al hombre que estaba sentado a su lado no le tenía miedo.

-No me toques con tanta confianza, pervertido…- Moo-kyul rió por el comentario de Kiichi y le jaló las mejillas para que relajara la expresión mostrándole que realmente no tenía malas intenciones con él.

-Cuida de Chu-chan mientras yo no estoy, es lo más importante para mí ¿Okey?- el chico desvió la mirada hacia Chul procurando hacer un desprecio claro hacia el hombre joven que miró hacia afuera moviendo el pie algo intranquilo. – A todo esto, ¿quién es tu madre?- El chico miró a Moo-kyul para ponerse a pensar y contestó.

–Ryuichi Sakuma- Mookyul se echó a reír, al parecer el chico estaba algo demente.

-¿Y tu padre?- el chico volvió a contestar.

-Ryuichi Sakuma- Ahora lo tomó enserio, al parecer el conejo era padre soltero por lo que no continuó preguntando y se cayó acariciándole la cabeza al menor de cabello negro como para darle ánimos, más el mocoso enfadado pensó que menospreciaban su situación y se preparó para alejar la gran mano de su cabellera negra pero antes de que pudiera reaccionar Mookyul contestó.

-Debes ser realmente feliz- El chico bajó el rostro algo confundido para asentir ante el comentario hecho por el hombre del cual se decía ser malo, ¿entonces por qué las manos de éste eran tan cálidas?, se quedó callado para soltar levemente la mano de Chul quién contento reía mirando por la ventana.

-Hemos llegado, señor- Moo-kyul despertó de su trance y miró nuevamente hacia afuera dejando caer la mano que aún acariciaba la cabellera del menor, Kiichi levantó un poco su cuerpo para mirar hacia afuera dándose cuenta de que se encontraban fuera de su casa, así se lanzó contra el cuerpo de Moo-kyul y le apretó la gabardina de un modo desesperado tirándolo hacia abajo levemente para que lo mirara, el coreano sonrió acariciándole nuevamente la cabeza al mocoso.

-No dañaré a tu papá….no me atrevería a hacerlo de todas maneras- el chico bajó la vista manteniendo su mirada dura en su rostro –Si no cumplo mi palabra tendrás permiso de golpearme hasta que te canses- Kiichi soltó la gabardina lentamente mientras Chul se aferraba a la ropa de éste mirando a su padre con una expresión de duda, así ambos chicos se apegaron al vidrio cerrado para mirar a Moo-kyul quién se despedía amigablemente hasta que el auto desapareció de su vista, de pronto el teléfono sonó dándole aviso al can que yacía dentro de la casa y el coreano contestó abriendo la reja después de tirar comida por una de las paredes, al parecer dentro de esta había una pastilla para dormir por lo que rápidamente el perro cayó rendido en un sueño profundo.

-Está todo listo, aunque nos están presionando para que dejemos al hombre libre- moo-kyul sonrió recordando a Claude y bastante seguro de si mismo golpeo la puerta mientras respondía en coreano.

-Tengo en mis manos al jefe más alto de la policía, un ex marine no puede hacer nada contra décadas de contacto- Comentó apagando el celular, y era cierto lo que decía pues la relación que tenía con los altos mandos es mantenida desde antes de convertirse en jefe de la mafia, su padre se había encargado de crear lazos que le permitieran moverse por el mundo libremente sin ningún problema.

-¿Sí?- comentó la mujer que abrió la puerta, Mookyul sonrió amigablemente mientras le avisaba de que kiichi estaba con su hijo en el parque de diversiones, la mujer sonrió aliviada para dejar entrar al “desconocido”.

-Por cierto, en la esquina hay ofertas de comida, mi esposa está allá comprando, usted sabe…nunca pueden resistir la tentación- La mujer embobada por el atractivo del hombre asintió para salir a comprar avisándole al japonés antes de salir que iría al mercado de la vuelta ahora ambos seres estaba a solas y nadie interrumpiría su conversación.

Pasó su dedo tranquilamente por los muebles de la casa para después acercarse hacia el mini componente colocando la radio al azar, la música suave comenzó a sonar y rió levemente divertido por la situación en la que se encontraba, sin ser invitado subió lentamente por las escaleras viendo las fotografías del mocoso que yacían colgadas en orden de crecimiento. –Mocoso bonito…- Pensó para detenerse frente a una habitación que yacía con la luz prendida, miró hacia ambos lados dándose cuenta de que la casa tenía dos habitaciones, dedujo que la de al lado era del mocoso mafioso y se adentró a esta sentándose en la cama con cobertor azul, al lado en el velador yacía Kumagoro sentado mirando fijamente al coreano quién sintió su piel erizarse al ver al conejo que le continuaba mirando de modo acusar, allí lo tomó para tirarlo hacia un lado evitando así volverse loco con la situación.

-Asique aquí estabas…- Comentó acostándose sobre la cama para mirar al techo donde estaban pegados los dibujos que kiichi iba haciendo durante su tiempo de crecimiento, Moo-kyul sonrió sintiendo simpatía por el mocoso pero sólo por un momento y allí recordó lo que había venido a hacer al lugar, apretó la almohada para comenzar a cantar una canción que sólo ellos conocían ya que había sido hecha por los dos en un momento de locura carnal.

No escaparás

El chico sobre él continuaba jalándole las mejillas mientras su primogénito tiraba de las ropas un tanto desesperado al ver que “golpeaban” a su padre, el coreano cabreado por la situación estiró los brazos hacia los lados y dijo con voz grave y desagradable.

-¡Soy el rey de la mafia y haré que te encierren por golpearme!- el chico apretó los dientes algo asustado más no se alejó del hombre, todo lo contrario, el miedo que sentía lo hiso más valiente por lo que jaló las mejillas de Moo-kyul con fuerza.

-No te creeré, los mafiosos asiáticos tienen cicatrices en el rostro y tú pareces un artista de esos, como papá- Moo-kyul apoyó el peso de su cuerpo en uno de sus codos mientras desviaba su negra cabellera hacia atrás con gran orgullo.

-ajaja papá ES un artista- Chul rió por el comentario estúpido de Moo-kyul mientras Kiichi sonrojado por el enfado apretaba las ropas del mayor.

-¡Quién querría tener un papá como tú!-Gritó un Kiichi enfadado para morderle el hombro al coreano.

-¡Quién querría tener un mocoso pandillero como tú de hijo!- Contestó para bajarle los pantalones y echarse a reír como un niño de 10 años, Chul suspiró subiéndole los pantalones a Kiichi para interponerse entre ambos continuando la pelea.

-Hmp, cuando sea grande seré el jefe de la mafia- contestó el chico cruzándose de brazos sobre el pelinegro quién sonreía altivo acariciándose el mentón.

-No creo que alguna mafia te contrate, en la mía por lo menos no te aceptaré- El chico sonrió cabreado para levantarse un poco buscando alguna cicatriz, Moo-kyul suspiró desabrochándose la camisa para mostrar las cicatrices de guerra, el chico comenzó nuevamente a golpear al coreano quién trataba de alejarle agarrándole la cabeza, de pronto la voz del padre de kiichi hiso que la atención de chul se desviara quedando asombrado para no decir maravillado por el personaje frente a sus ojos.

-¡Ryu…RYU-CHAAAN!!!- EL chico atacado se tiró sin pensarlo sobre la figura que adoraba recibiendo un golpe que lo hiso caer al suelo, más el ajeno lo tomó antes de que moo-kyul pudiera reaccionar y al ver de quién se trataba se congeló por unos momentos sin saber qué hacer ante la situación, Chul lloraba en brazos del hombre al que estuvo buscando por tanto tiempo, más la repentina salida del hombre lo hiso reaccionar tomando a Chul en sus brazos.

-Oto-san…era Ryu-chan- el chico ya recuperado del llanto fingido para que Ryuichi se preocupara por el bufó acariciando su cabeza que quedaría con un chichón, Moo-kyul se levantó del suelo para echarse a correr hacia el peliverde agarrándole del brazo mientras recuperaba la respiración, se mantuvo quieto, firme mientras pegaba su ojos hacia los contrarios escuchando al chico que se interponía entre ambos para alejar al coreano.

-¡No toques a papá!- Trató de empujarle hacia atrás con sus manitas, más Moo-kyul confundido movía el rostro hacia el chico y después hacia Ryuichi, ahí fue cuando entrecerró los ojos apretando la mandíbula mientras el odio y el resentimiento, quizás también la culpa que cargó por tanto tiempo lo hicieron levantar el brazo con la mano empuñada para dirigirla hacia el rostro del peliverde, Chul se tapó los ojos y Kiichi sorprendido se ganó al lado del chico viendo la escena, más se detuvo a unos milímetros del rostro dejando caer su cabeza un poco para no mirar al hombre que tenía enfrente.

-Espero…espero sincera y profundamente que te mueras- Dejó caer la mano soltando el agarre del brazo ajeno para darle la espalda mientras tomaba la mano de Chul y al conejo rosado destrozado que lanzó al suelo, ya no era necesario, tampoco era necesario seguir manteniéndose fiel al bastardo que lloró cuando se enteró de que Moo-kyul tenía un hijo y ahora aparecía con un niño mayor que el de él, antes de subirse se detuvo y miró nuevamente a Ryuichi, fija y fríamente como nunca antes lo había hecho y así se subió al auto metiendo a Chul quién agitaba los brazos golpeando a Moo-kyul.

-Pero tu muerte puede esperar, necesito aclarar la situación antes de correrme la paja con tu trasero moribundo-

-Oto-san baka, qué querías hacerle a Ryu-cha, Ryuuu-chaaaan, ¡Ryuu-chan!- así la voz del chico se cayó al momento de cerrar la puerta y el lujoso automóvil partió dejando a los tres seres atrás.

-¡Papá, papá! ¿Quién era ese bastardo?- Preguntó el mocoso aferrándose a las ropas de Ryuichi para pedir una explicación ante lo sucedido.

-Jefe… ¿está bien?- Preguntó Ewon mientras le miraba por el espejo retrovisor.

-Escóndete afuera de la casa de Ryuichi, tendrá que llegar ahí quiera o no quiera y cuando eso suceda llévate a Chul y al pandillero que tenía en sus brazos, no quiero que unos mocosos como estos estén involucrados en todo esto- Miró a Chul para tocarle el cabello más este enfadado con lágrimas en los ojos se sentó apegado a la puerta del auto, Moo-kyul suspiró corriendo su cabello hacia atrás.

-Pero tienen un guardaespaldas con ellos- Moo-kyul sonrió para apretar números en su teléfono, al otro lado la voz de un hombre sonó y el coreano sonrió extorsionando al jefe de policía local, anunció que necesitaba que se llevaran a aquel hombre por “sospecha”, también dijo donde se encontraría y que lo hicieran en el menor tiempo posible.

-Maneja-

La sangre siempre tira

Allí la mujer rodó por la cama quejándose levemente por que ya sería otra noche en que el coreano no la tocaba mientras Moo-kyul se levantaba a buscar a Chul quién corría desnudo por el departamento que había crecido considerablemente por la llegada del pequeño mocoso que tenía una personalidad parecida a un bastardo que conoció una vez y al cual no ha podido olvidar aún. –Ryuichi, quédate quieto- comentó el coreano medio dormido para después darse cuenta de lo sucedido y suspirar, a pesar de los años su mente, quizás, se engañaba a olvidar la existencia del otro aunque eso sinceramente no le molestaba. Tomó al chico con una de sus manos para echárselo al hombro mientras el pequeño reía divertido por estar en los brazos de Moo-kyul.

-¡Kuma-chan también dice que debo andar desnudo!- El coreano dejó al chico sobre la cama mientras la mujer tomaba a Chul por la pequeña cintura atrayéndolo hacia ella.

-Chul, los conejos no hablan, ¡NI MENOS! si son de peluches- Bostezó para mirar a la mujer quién bajaba el rostro mordiendo el pequeño trasero del descendiente de la mafia coreana, rió levemente por la expresión sorprendida de Chul para dirigirse hacia el baño a darse una ducha.

-Yo me quiero duchar con otoosaaan- La mujer resopló enfadada para soltar al chico quién corrió hacia el baño aferrándose a la pierna desnuda del coreano que lo miró tomándolo en brazos, allí ambos se bañaron y jugaron mientras la mujer hacía el desayuno, uno desastroso por cierto, y después de estar listos se sentaron en la mesa ambos con el cabello mojado.

-Moo-chan, Chu-chan, que les he dicho del cabello- Los dos asintieron indiferentes a lo que la mujer decía, más que esposa parecía nana, ambos colocaron una expresión de desagrado por la comida y moo-kyul se levantó dando la idea de desayunar afuera, los dos asintieron dejando a la mujer en la casa que refunfuñó por ser dejada atrás.

-Nee, oto-san…- El chico se colgó del cuello ajeno para comenzar a tirarle levemente el cabello –tienes el pelo laaargoo como el pelo de Ryu-chan- moo-kyul agarró al chico y lo dejó a un lado para desordenarle los cabellos al joven heredero.

-No hables de Ryu-chan cuando mamá está cerca, sabes que no le gusta ni él ni el puto conejo rosa- El chico se sentó en el asiento apretando al “Kumagoro” que tenía en su brazos

–Se llama Kuma-chan…y además…- Se quedó callado por unos momentos mientras Moo-kyul estacionaba en las oficinas centrales para dirigirse a su despacho –A Chu-chan y a kuma-chan nos gusta Ryu-chan…tiene el color de pelo de Chu-chan y canta como papá- Rió inocentemente bajándose del auto con sus pies pequeños y su ropa de diseñador infantil –Chu-chan lo quiere mucho- el coreano rió tomando la mano del pequeño muñeco que movía la mano saludando a las mujeres embobadas por el padre y el hijo.

-No debería traer al joven a este lugar, jefe- Ewon entró hacia el despacho dándole leche caliente al chico y café cargado al hombre.

-¡E-chaaaan! –Gritó el chico – ¡Kuma-chan quiere helado de frambuesaa!- El secretario asintió trayendo lo deseado mientras entraba Gael vestido completamente de negro por la puerta.

-¡Big News! Jefe – Moo-kyul levantó la vista para mirar a Ewon ordenándole con la vista a sacar al mocoso Ruidoso, el guitarrista acaricio la cabeza del pequeño para después despedirse sonriendo animadamente, su rostro cambio al momento de cerrar la puerta volviendo a su cara de “mafioso”.

-Hemos encontrado a Sakuma-san y es algo reaalmente grande de lo que me he enterado- moo-kyul curvó la ceja dejando lo que hacía de lado para escuchar atentamente.

-Vomita- ordenó echando su cuerpo hacia atrás.

-Sakuma Ryuichi, edad 34 años, profesión, modelo, cantante, actor, etc, vive en new york más no en el centro de éste, actualmente no posee pareja pero un chico llamado Tatsuha lo persigue por todos lados- Moo-kyul sonrió cabreado –tiene un hijo de 3 años llamado Sakuma kiichi, un chico de cabello negro y ojos azules que está en el jardín xxx, un hombre llamado Ark lo va a buscar ya dejar todos los días, al parecer hace de guardaespaldas, en el jardín al niño le llaman “el mafioso” entonces…-El coreano se levantó azotando las manos contra el escritorio bastante alterado para después mirar a Gael fríamente.

-¿Qué has dicho?- Preguntó incrédulo mientras el ajeno confirmaba la información haciendo que el hombre destrozara la oficina por el arranque de rabia –Nos vamos- Después del desorden Gael asintió comprando los pasajes para ese día, Moo-kyul partiría para ver lo dicho con sus propios ojos.

Ya en NY se aseguró de tener todo listo para el ingreso de Chul-moo Eun al jardín donde se encontraba el hijo de Ryuichi, allí se fue con Ewon a dejar al muchacho al cual abrazó fuertemente ya que esta sería la primera vez en que el malcriado peor bien portado chico iría a un jardín, allí aprovechó también de hacer sus negocios correspondientes, no había que perder una oportunidad como ésta.

-Bueno niños, este pequeño se llama Chul-moo Eun y viene de corea, puede que no hable muy bien nuestro idioma por lo que deben tratarlo con amabilidad- El chico apretó contra sí el conejo rosado mirando a todos para después saludar con un inglés fluido, al fin y al cabo era hijo de un hombre rico por lo que tenía profesores particulares para los idiomas importantes.

-Hoola!! Soy Chu-chan y este es kuma-chan- estiró al conejo rosado para mostrarlo con orgullo- Los niños rieron por la actitud del mocoso que se dirigió hacia el asiento vació aún con el peluche en sus manos, a su lado un chico de cabello negro llamó su atención tirándolo levemente para hacer que kiichi lo mirara con enfado.

-¡Idiota! Qué haces…- El chico enfadado lo empujó para que lo soltara haciendo caer a Chul al suelo, mas este se levantó sonriendo para darle poca importancia a lo ocurrido.

-Lo siento, eres como papá pero en miniatura- chul rió para pponer el conejo al lado de Kiichi –este es Kuma-chan y yo soy Chu-chan, ¡mucho gusto!- Kiichi estiró la mano para agarrar al conejo al cuál tiró hacia el suelo parándose frente a Chul para pisar al peluche.

-¡Ese Kuma-chan es falso! Eres un impostor, MI KUMAGORO es el verdadero- Chul lo miró con rabia levantándose para sacar el peluche de los pies de Kiichi botándolo al suelo por el repentino movimiento para salvar a Kuma-chan.

-¡Cállate! ¡Papá dice que este Kuma-chan me protegerá de los mafiosos!- Kiichi se levantó para empujar al chico botándolo nuevamente al suelo.

-Mi papá tiene al verdadero kumagoro, ¡tu papá es un mentiroso!- Allí los niños comenzaron a pelear por el famoso conejo que como siempre pensó Moo-kyul traía problemas a cualquiera que lo trajera encima, terminaron mordidos, desordenados, heridos y la maestra llamó a ambos padres para que vinieran por los chicos y tener una conversación sobre la situación de ambos.

-Jefe, el joven Chul ha tenido una pelea en el jardín, está herido y la maestra llamó enfadada para que fuera usted y el padre del otro chico a una reunión con ella- Moo-kyul rió a carcajadas por la actitud pandillera de su hijo y bastante orgulloso se fue al jardín para hablar con la famosa mujer que se atrevía a retar a su pequeño primogénito.

-Pase por aquí por favor- La directora del recinto caminó guiando al pelinegro hacia donde se encontraban ambos niños, bostezó aburrido por la conversación hasta que vio a chul sentado con uno que otro parche curita en el rostro, brazos y piernas.

-Hey mocoso, ¿primer día y ya causando problemas?- Chul desvió el rostro hacia un lado aferrado al destrozado conejo rosado negándose a decir algo, Moo-kyul se agachó frente a él sonriendo para acariciarle la cabeza, en eso Kiichi que estaba sentado a un lado de Chul se levantó pegándole una patada a Moo-kyul que ignoró al chico, más este se tiró sobre el peñiscandole las mejillas para caer al suelo.

-¡Maldito viejo mentiroso!- Gritó mientras le seguía jalando las mejillas a moo-kyul quién hacía lo mismo algo cabreado.

-¡A quién le llamas viejo mocoso del demonio!- Trató de levantarse peroe l chico estaba muy bien sentado, Chul se lanzó sobre la espalda de kiichi para que dejara en paz al “maduro padre” y allí los tres comenzaron una pelea sobre las mentiras y las verdades del mundo.

Puedo vivir con tu recuerdo.

Los días pasaron rápidamente entre los preparativos de la boda, Chul, los conciertos, entrevistas, la mafia y la mujer, todo aquello tenía bastante agotado al coreano que se echaba al lado de la cuna del pequeño para jugar con el móvil que tenía naves espaciales y autos, movió los dedos para hacer girar los peluches mientras la canción de cuna que interpretaba el objeto hacia sonreír al pequeño que movía los pies y los brazos, Moo-kyul desvió la mirada hacia este y sonrió calmado, ya había recuperado el peso de costumbre ya que la mujer japonesa lo había obligado a comer, bajó la mano para acariciar las manitas del bebé que desviaba la cabeza hacia el pelinegro.

-Sabes…tu madre da miedo…- comentó mientras el niño reía por las cosquillas que el dedo del coreano le hacía, Moo-kyul se echó a reír al escuchar la risilla contagiosa del bebé que levantaba la cabeza para que lo sentaran y así el pelinegro deslizó sus manos por el pequeño cuerpo sentándolo y apoyándolo contra un conejo de peluche rosado que había comprado hace poco en una tienda.

-Si Ryui estuviera aquí se adueñaría de ese conejo…- Sonrió levemente mientras picaba el vientre del niño para que continuara riendo, suspiró observando el color del cabello del niño el cual desordenó algo brusco levantándose de su asiento. –Sabes, tu tendrías un hermano mayor pero murió antes de nacer…-Bajó el rostro con expresión melancólica mientras se sentaba en la ventana abierta para comenzar a fumar procurando de que el humo no se fuera en dirección al bebé. –Su nombre era Haroumi y siempre pensé que tendría el cabello negro, los ojos azules y se parecería a Ryuichi- se echó a reír ante la imagen que vino a su mente – definitivamente sería un chico muy lindo- Lentamente borró la risa de sus labios para mirar al pequeño que lo miraba de la misma manera como si entendiera lo que el coreano le decía.

-Papá está muy enamorado pero quiere que Chu-chan sea feliz…- Tiró el cigarrillo hacia afuera levantando su cuerpo para rascar su negra cabellera –Bueno, no es como si Ryui me fuese a perdonar solo por desearlo…- Miró al pequeño después de llegar a su lado nuevamente, éste sonrió mientras mordía la oreja del conejo rosado, Moo-kyul suspiró sintiéndose estúpido para tomar al bebé de las ropas dejándolo suspendido en el aire mientras lo observaba indiferente –Tu mamá con tanto Chu-chan, Chu-chan~ me pegó su estupides- Rió levemente para llevarse al bebé en brazos hacia afuera de la habitación donde la mujer esperaba sonriendo a bañar al pequeño –Toma- La mujer recibió al bebé para ladear el rostro dejando caer su larga cabellera hacia un lado, el coreano la miró por un momento y desvió la mirada sintiendo la culpabilidad adueñarse de su mente.

-El olor de Moo-chan es muy agradable- La mujer se puso en puntillas y besó la mejilla de Moo-kyul para después marcharse jugando con el niño animadamente, el coreano la observó hasta que desapareció al desviar su camino.

-No es primera vez que me lo dicen…- Comentó para sí mismo dirigiéndose hacia la oficina central, ahí los cuatro representantes de cada sector lo esperaban regados en la oficina como si ya estuviesen acostumbrados a la demora del jefe.

-No quiero que Eun se case…- Comentó Jun mientras movía los pies de arriba hacia abajo.

-¿Deberíamos asesinar a la mujer?- Comentó Gael quién afilaba un cuchillo

-Hey, él lo hace por el bebé, todos conocemos el pasado del jefe, lo único que podemos hacer es observarlo en la oscuridad- kyong se sentó al lado de Gael para quitarle el cuchillo.

-Pues yo prefería a Sakuma-san para “Moo-chan”- El menor de los cuatro, Seung, se sentó sobre Gael apoyando su cabeza en el pecho de éste, los cuatro mantuvieron el silencio hasta que la puerta se abrió saludando a Moo-kyul quién se sentaba rápidamente para escuchar el informe.

-Comiencen, tengo que ir a la puta pauta de la boda que será mañana…si no desean ir no vayan pero sería extraño que los miembros del grupo no se encuentren en el lugar- suspiraron todos al mismo tiempo mientras Jun corría para sentarse sobre el regazo de Moo-kyul como de costumbre.

-No hemos podido encontrarlo- Comentó Jun refregando su cuerpo contra el del ajeno como si de un gato se tratara.

-Su guardaespaldas lo esconde muy bien cuando no está en público y las veces que salió fue para dar conciertos-

-En Japón Realmente odian a “Moo-chaan”- Seung sonrió burlesco mientras jugaba con una pistola de agua.

-Creo una canción llamada “Mi corazón se fue”, algo muy emotivo ciertamente- Gael interrumpió la estupidez de Seung tapando la pistola con su dedo para no salpicar el tapis con agua, Moo-kyul bajó el rostro sacando a Jun de su regazo para después levantarse, la única razón por la que había ido a ese lugar era para saber de Ryuichi.

-No me llamen Moo-chan, es molesto, sigan averiguando- Se dispuso a marcharse cuando jun le detuvo agarrándole de la gabardina negra que se estiraba por el avance del coreano.

-¿Por qué dejas que una mujer como ella te amarre de esa manera?- Le miró con pena mientras se aferraba a la prenda.

-Culpa- Dejó caer su mano sobre la mano ajena para que le soltara y continuó caminando mientras recordaba que hace dos semanas atrás el coreano realmente culpaba a aquella mujer de la situación en la que se encontraba.

-Nee~~ Moo-chan…- la mujer se colgó de la ropa del coreano quién observaba la televisión tranquilamente por primera vez en mucho tiempo, Moo-kyul la ignoró y continuó con lo que hacía, ver videos de Ryuichi en un canal japonés –Ver eso no te hace bien…- Le movió el brazo para que el hombre la mirara, mas sólo recibió un empujón por parte del coreano que tiraba el control hacia la televisión rompiendo la pantalla, el sonido continuó y la voz del ajeno aún se dejaba escuchar por el salón del departamento, La mujer miró a Moo-kyul y comenzó a llorar llevando las manos hacia su rostro como si con ello pudiera calmar un poco la pena que estaba sintiendo.

-¿Por qué me haces esto? Yo sólo me acosté contigo porque te amaba, aún así tu en aquella noche nunca besaste mis labios, aquella fue mi primera vez y quería hacerlo con el hombre al cual amaba- mook-kyul enfadado la tomó del brazo para apretarla un poco con sus manos mientras se echaba a llorar nuevamente por el alcohol y la pena que tenía en el cuerpo.

-Si me amas tanto entonces ¿¡PORQUE VIENES A ARRUINAR MI VIDA!?- La movió un poco mientras continuaba llorando como un niño –Me alejaste de Ryuichi con algo que yo no quería…no quiero al niño, no te quiero a ti, no me quiero casar, no quiero vivir…sólo quiero a Ryuichi de vuelta- La mujer se echó a llorar por la fuerza que éste ocupaba en ella y trató de zafarse más la fuerza de Mookyul era más de lo que alguna vez ella imaginó.

-¡¡QUE TU NO TE ACUERDES NO ES PROBLEMA MIO!! ¡¡TU ME VIOLASTE, ¡¡VIOLADOR!!- Moo-kyul la miró incrédulo para mover la cabeza en modo de negación –Te pedí que pararas pero continuabas diciendo que yo era Ryuichi cuando no nos parecemos en nada…- La mujer cayó al suelo para continuar llorando mientras sus brazos rojos temblaban, Moo-kyul se llevó la mano hacia la cabeza y allí se agachó para abrazar a la mujer –Dijiste que amabas a Ryuichi mientras yo te pedía que te detuvieras…-el coreano acarició la cabeza de la mujer para calmarla –Yo sólo quiero que Moo-chan me ame como ama a Ryuichi…- Mookyul suspiró y tomó a la mujer en brazos para dejarla en su habitación donde durmió con ella sin hacerle nada.

-Lo siento…- Al recordar aquello cerró los ojos mientras se colocaba el traje de boda, ahí los padrinos lo miraron con pena y le abrieron camino para que pasara hacia el altar donde la prensa lo esperaba para confirmar que aquello era cierto, al llegar al altar miró a la cruz que yacía sobre su cabeza he hiso una reverencia aceptando la carga que de ahora en adelante llevaría, la mujer entró con un hermoso vestido blanco mientras los presentes veían a la hermosa mujer avanzar con una expresión de felicidad completa, allí en el altar Moo-kyul le sonrió con pena mientras las mujeres afuera gritaban maldiciones a la persona que hoy se convertiría en la esposa del hombre más codiciado de corea. –Lo siento…- Nuevamente susurró después de aceptar a lo que el cura decía y levantando el velo besó el rostro de la mujer mientras ella derramaba una lágrima feliz y apenada.

-Chuu-chaan, ¡¡No deberías tratar de correr cuando no sabes!! ¡Moo!- La mujer apretó las palmas mientras refunfuñaba tratando de alcanzar al pequeño niño que corría por la calle feliz en busca de otro conejo para su colección.

-Nee, nee otoo-saan- El chico saltó frente a una tienda donde yacía un conejo rosado muy parecido al del cantante japonés- ¡¡Es Kuma-chan!! – Moo-kyul caminó por las calles de Nueva york para tomar al chico de las ropas mirando hacia la vitrina señalada.

-Hazle caso a tu madre, estoy trabajando- Se lo entregó a la mujer que sonreía calmada después de sostener al niño de dos años en sus manos para después adentrarse en la tienda comprando el conejo que tanto deseaba el pequeño, Moo-kyul suspiró moviendo la cabeza para dirigirse hacia el lugar de grabación que se encontraba a unos pasos del centro de la ciudad estado unidence, ya había pasado un año y medio y ahora por fin la banda podía lanzarse al mundo.

Estoy enfermo

Sus manos se aferraban a la ropa ajena mientras su rostro desesperaba esperaba alguna respuesta, enfadado sintió que poco importaban sus explicaciones, el contrario era indiferente a la situación, mas cuando vio caer los lentes para ver el real rostro de Ryuichi se quedó helado, mudo, sus piernas flaquearon levemente por lo que había hecho y se dejó arrastrar hacia atrás por el guardaespaldas del ajeno que daba un consejo bastante enfadado, Moo-kyul cayó al suelo mirando los pies de Ryuichi para después ver como se lo llevaban alzando el brazo para impedir que lo alejaran antes de aclarar la situación.

-Ryuichi…- Comentó con la voz quebrada mientras torpemente se levantaba repitiendo una y otra vez la voz del ajeno que ahora era separado del resto de las personas –¡¡RYUICHI!!- Gritó desesperado mientras como un niño se echaba a llorar agachándose mientras agarraba su cabeza para entender lo que estaba sucediendo, la voz de la mujer por el interlocutor del aeropuerto anunció la salida del avión haciendo que el coreano se levantara para echarse a correr rápidamente con la esperanza de que pudiera verlo, todo a su alrededor pasaba en cámara lenta, el grito de las mujeres que lo veían pasar, el grito del manager quién le recordaba su estado de salud y al final, muy al final los gritos de los periodistas que pedían explicaciones a todo lo ocurrido, sus pies trataban de moverse aún más rápido más su anatomía se lo impidió y se detuvo frente a la baranda que daba hacia la salida de los aviones, aferró sus manos contra el frío metal y allí grito nuevamente el nombre de quién ya yacía en el aire volando hacia su país natal.

-¡RYUIICHIIIIIIIIIIIIII!- el grito se dejó escuchar en la parte oeste del aeropuerto y ahí caía lentamente Moo-kyul aferrándose para no azotar su cabeza contra el vidrio del lugar, el manager corrió a verlo y allí trato de sacarlo del lugar más el coreano continuaba llorando como si fuese un niño recién nacido que necesita del amor de su madre para sobrevivir.

-¿Reconocerá al niño? ¿Qué hará con Ryuichi Sakuma ahora? ¿Alguna vez lo amó? ¿Se casará con aquella mujer?- Las preguntas iban y venían mientras los periodistas se acercaban en circulo al hombre que luchaba por levantarse del suelo para golpear a uno que otro camarógrafo, allí los micrófono y cámaras digitales volaron mientras un alterado Moo-kyul destrozaba todo lo que había a su paso secando sus lágrimas con la manga de su chaleco.

-Je-¡JEFE!- entre la gente el subordinado rubio del coreano apareció para alejarlo del lugar mientras el manager se disculpaba por la actitud de su artista, Moo-kyul respiró alterado tomando la pistola que traía Ewon en su pantalón para dispara a la pierna del manager que caía al suelo rogando por su vida.

-Escúchame esto…nunca te perdonaré- El coreano dio la vuelta a su cuerpo dejando al hombre desangrándose en el suelo y allí comenzó a caminar colocándose las gafas negras para tapar su expresión de llanto, Ewon llamó a la ambulancia mientras caminaba atrás del hombre que tomaba nuevamente la apariencia del jefe de la mafia y bajó el rostro apenado por la situación en la que se encontraba el joven hombre de 22 años, el rubio sabía lo obsesionado que estaba el pelinegro con el que lo había dejado y también sabía que después de esto Moo-kyul ya no sería el mismo –Tráeme a la zorra y…al niño- Allí desapareció rápidamente entre las calles de la ciudad.

Los días pasaron y cada día el hombre se encerraba en su departamento a beber hasta que perdía la conciencia, a veces llegaba intoxicado al hospital privado sin que nadie se enterara de ello, cortaba sus muñecas una que otra vez con los deseos de morir mas hiciera lo que hiciera era devuelto a la vida por su hermano mayor quién cansado de verlo en ese estado lo golpeaba hasta dejarlo inconsciente y allí una y otra vez se aferraba a las batas blancas para que lo dejara morir una y otra vez, Hyung pensó que en una semana un hombre era realmente capaz de destruirse por completo por amor.

-Moo-chan…¿estás bien?- En la cama del hospital despertaba el hombre después de su segundo intento de suicidio y arriba de él yacía una hermosa mujer de cabellos verdes que lloraba por la condición actual de Moo-kyul.

-¿Parezco estarlo?- Contestó mientras empujaba a la mujer que cayó al suelo adolorida por la brusquedad del hombre que la miraba fríamente. -¿Quién eres?- Preguntó mientras agarraba a la mujer con su mano buena.

-kyoko…Isaki Kyoko…- Contestó en japonés levantándose del suelo para acariciarse el trasero cerrando un ojo –Soy la madre del pequeño, me trajeron a la fuerza con Chu-chan- Mookyul ladeó el rostro levemente mientras se levantaba de la cama para comenzar a vestirse, ciertamente el jefe de la mafia debía hacerse cargo de sus cosas, no podía estar tanto tiempo sufriendo o por lo menos preocuparse del dolor que sentía en las horas que no había trabajo.

-¿Chu…chan?- Preguntó confundido después d terminar de vestirse y la mujer sonrió para salir de la habitación trayendo al chico entre sus brazos.

-Chul-moo Eun- Retiró la mantilla del cuerpo del pequeño de 3 meses quién jugaba con un gato de peluche, Moo-kyul miró al chico y sonrió dolido mientras le acariciaba el cabello.

-Tiene el cabello verde…- Comentó mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, la mujer nerviosa comenzó a moverse al ver al ajeno llorar mientras el bebé estiraba los brazos hacia el llorón hombre de 22 años, ya no había vuelta atrás, el coreano prometió que no dejaría a un chico abandonado a su suerte para que viviera un pasado como el que tuvo él, lo tomó en brazos para salir de la habitación –No me llames Moo-chan- La mujer rió caminando con los brazos hacia atrás asintiendo como “la buena chica que era”.

-Ohh, el cantante de Lust sacó una canción la cuál es dirigida para ya sabemos quién- Rió el comentarista de música que se tapaba la boca como todo un picarón.

-Aunque él no ha dicho nada, tampoco ha aclarado el asunto que tuvo con Sakuma Ryuichi, sólo sabemos que se casará a finales de mes con la madre de Chul- Sorprendido desvió el rostro hacia el comentarista del lado.

-Nooo, ¿enserio? ¿Quién informó aquello?-

-Pues el mánager que fue herido en extrañas circunstancias-

-ajajaja como siempre, Moo-kyul Eun causando estragos en la farándula coreana, bueno, Aquí le dejamos el cover que hiso de una canción francesa la cuál tradujo al coreano, debería sentir un poco más la partida de su “amor”- Los comentaristas rieron al mismo tiempo.

-Oi, oi, esta canción me hace llorar cada vez que la escucho por lo que deberíamos respetar a la más grande estrella coreana, Aquí les va “Estoy Enfermo”-

http://www.youtube.com/watch?v=e1xlhydGUr8

Moo-kyul apagó la televisión que yacía en su oficina y allí inyectó un remedio para el dolor en sus venas cerrando un ojo como demostración de molestia mientras al lado de él yacía la mujer sentada sobre el escritorio con el niño en brazos, Chul comenzó a llorar y la mujer desesperada comenzó a gritarle para que se callara, el coreano se levantó del asiento y empujó a la chica quitándole al niño y desde arriba la miró como la peor escoria del mundo.

-No lo toques, sólo tiene hambre- Comentó mientras veía al pequeño chuparse el dedo desesperado por algo de comida, cerró los ojos apretando al infante para levantar a la mujer bruscamente. -Dale de comer- le entregó al niño mientras el teléfono sonaba. En la oficina estaba todo ajetreado por la boda del jefe de la mafia.

¿No me crees?

Desconfianza, sí, eso es lo que sentía cada vez que veía las reacciones de Ryuichi pero procuró comportarse como un imbécil cegado y se dejo seducir por el cuerpo de éste, al igual que su voz y bueno, era inevitable no callar cuando le pedían de una manera tan convincente de que cogieran, Moo-kyul sonrió asintiendo ante la orden dada, allí durante horas ambos seres se acariciaron, besaron, mordieron y lamieron como si fuera el último día sobre la faz de la tierra y Moo-kyul no hacía más que enredarse en las piernas contrarias para continuar con el ritual sexual, después de un momento el cuerpo del coreano recordó su estado y comenzó a caer en un profundo sueño del que no despertó hasta que Ryuichi dio la orden.

“Despierta Mookyuuuuul… tenemos que ir al aeropuerto”

El pelinegro escuchó el sonar del teléfono más no deseaba levantarse, también sintió cuando era empujado hacia un lado haciendo una especie de berrinche con la expresión que se ocultaba entre las almohadas para no tener que abrir los ojos, al final lo que lo despertó fue la voz de Ryuichi quién le pedía que se le pedía que se despertara para ir al aeropuerto, por un instante se mantuvo en silencio agarrando la almohada con sus manos y después de un momento tiró la almohada contra la cama en demostración de protesta, se sentó y arrugó los ojos mientras bostezaba mirando a Ryuichi quién se vestía informándole que debía apurarse, Mookyul asintió levantándose de la cama completamente desnudo, y se paró al lado del japonés besándole el hombro mientras este continuaba levantándose.

-Odio levantarme “temprano” –Comentó mientras se vestía después de lavar su miembro para evitar cosas posteriores, como siempre el elegante Moo-kyul llevaba puesta ropa cara de diseñador, podría estar delgado pero nunca, NUNCA mal vestido, miró a Ryuichi quién se movía de un lado a otro reuniendo las cosas que debía llevarse, al fin y al cabo eran sus cosas personales, el coreano rió por la forma hiperactiva del normalmente perezoso hombre de mediana edad y se lavó los dientes echando sus cabellos con agua hacia atrás, se miró en el espejo después de secar su rostro notando por fin lo delgada que estaba su cara, chasqueó la lengua colocándose una bufanda extremadamente larga que cayó por la espalda de un Moo-kyul levemente recuperado.

-Iré a verte a penas pueda…- Comentó tomando la mano de Ryuichi para dejar la habitación ya que afuera estaba un impaciente guardaespaldas pagando la cuenta del hotel, a pesar de ser noche prefirió colocarse unos lentes y un gorro de lana negro que tapaba sus cabellos, el joven cantante saludó a las trabajadoras que lo saludaban al igual que Sakuma y después subió al automóvil aferrándose de la cintura de Ryuichi como un niño de 3 años que impedía el paso a su padre para que no le abandonara, y a decir verdad así se sentía, no quería que Ryuichi se marchara dejándole nuevamente solo entre todo el caos que era su vida diaria, sentía también que si salían hacia algún lugar algo arruinaría el encuentro despidiéndose nuevamente de mala manera, se levantó apoyando su cabeza en el hombro ajeno mientras el palpitar de su corazón rogaba para que el camino hacia el aeropuerto fuese eterno.

-Eun…- Después de bajarse del automóvil ambos caminaron hacia adentro donde corría hacia él el manager que se aferró en las ropas de Moo-kyul para ver que estuviera entero, el coreano suspiró para apartarlo mientras continuaba su camino hacia la habitación seleccionada, esta vez apuró el paso para arrastrar a Ryuichi a su ritmo, quizás la sensación de ser “el menor” le molestaba más de lo que aparentaba.

-Dios, esto es tan molesto…- Se dejó caer en la silla desviando el rostro hacia el manager que estaba parado en una esquina agitándolos brazos para mostrar la pauta de las preguntas, mas Moo-kyul solo rió fijando la vista hacia enfrente, las cámaras y la gente somnolienta observaron a la pareja susurrando cosas algo sorprendidos por lo que ya sabían que sucedería, retiró los lentes de sus ojos para acariciarlos con sus dedos, parecía nervioso el coreano que normalmente sonreía fríamente para las cámaras, esta vez su expresión era tan relajada y calma que sorprendía, un hombre levantó la mano y comenzó con las preguntas.

-Refiriéndonos al romance que ambos comparten, ¿podrían decirnos desde hace cuanto están juntos?- Moo-kyul echó su cuerpo hacia adelante apoyando su rostro sobre la mano empuñada mientras desviaba los ojos tratando de recordar claramente la respuesta, la otra mano aún yacía aferrada a la ajena.

-Desde hace ya dos años y medio – Los hombres sorprendidos se quedaron mirando los unos a los otros, a pesar de llevar un buen tiempo en las revistas se continuaban publicando escándalos amorosos de ambos, otro hombre levantó la mano.

-¿Desde hace cuanto son homosexuales?- Moo-kyul rió por la pregunta mirando fríamente al hombre.

-Es una pregunta estúpida considerando la situación, aún así diré que en mi caso sólo tengo ojos para Ryuichi -Miró a Sakuma- Creo que eso me hace Bisexual ya que antes follaba con quién me llamara la atención- Los periodistas se miraron los unos a los otros por la respuesta dura mientras el mánager se tapaba el rostro avergonzado, una mujer levantó la mano para dirigir la pregunta hacia Sakuma.

-El señor Eun ha estado involucrado en muchos escándalos, ¿Usted cree en la fidelidad de éste?- Ryuichi sonrió juguetón mientras disimuladamente le daba un pisotón a Moo-kyul quién encogió el pie sonriendo disimuladamente.

-Este hombre de acá está tan enamorado de mí que sería incapaz de involucrarse con una cualquiera o con un don nadie- Moo-kyul asintió orgulloso por la respuesta mientras la misma mujer levantaba la mano para volver a preguntar, Ryuichi señaló a la mujer mirándola de un modo indiferente.

-Entonces ¿qué podría decirnos del hijo de éste que ahora tiene tres meses? – Los presentes quedaron mirando a la mujer la cual sonreía maliciosamente, Moo-kyul arqueó la ceja para azotar la mesa con su pie mirando a la mujer fríamente.

-Hey…¿de dónde sacaste tamaña estupidez?- La mujer se levantó del asiento para colocar sobre el mesón una carpeta con la investigación hecha durante meses, el manager al ver la escena se dirigió rápidamente hacia Moo-kyul que miraba las pruebas incrédulo, entre las hojas una foto de un niño de cabello verde y ojos azules se dejaba mostrar junto a una mujer de cabello del mismo color que sonreía en la cama de un hospital, Moo-kyul tiró la fotografía hacia el suelo mirando con odio a la mujer para después sonreír con frialdad y seguridad.

-No hay pruebas de que éste niño sea mío, tiene ojos azules pero nada más, además no reconozco a la mujer de la fotografía- La mujer miró a Ryuichi y le entregó una hoja sonriendo con malicia.

-Aquí está el resultado de la prueba de ADN, el manager del señor Eun nos facilitó una muestra para poder hacer la prueba…entonces ¿Está seguro de que el joven Eun está enamorado de usted?-

Moo-kyul se abalanzó sobre la mujer tomándola de las ropas mientras los demás periodistas fotografiaban la picante escena, el manager se preocupaba de separar al alterado coreano quién soltaba a la mujer para azotar la mano contra la mesa frente a Ryuichi.

-No creerás esto, ¿no?, sabes que te amo, no soy capaz de tener un hijo con una zorra, yo me cuido, no me acuerdo quién es ella…- Al no escuchar respuesta tomó de las ropas a Ryuichi para comenzar a gritarle alterado –TE ESTOY HABLANDO CON UNA CONDENADA MIERDA, NO LE CREERÁS A ESTA ZORRA, ¿NO?- agitado respiró mientras sus manos temblaban al igual que su voz que rogaba para obtener respuesta.

Desconfianza

Sus ojos se fijaron en el rostro de Ryuichi que parecía estar normal, como siempre, más había algo extraño en aquel ser, algo le molestaba y eso se notaba a lo lejos, Ryuichi sabía actuar, sí, pero Moo-kyul conocía cosas que ni siquiera él conocía de sí mismo, suspiró para evitar hacer una escena en aquel momento tan tranquilo entre ambos y escuchó las respuestas que el ajeno lanzaba que más parecían excusas, se llevó a la boca un vegetal picante el cual comía naturalmente ya que estaba acostumbrado.

-Lo que no me gusta es que le tomes más atención al conejo, sólo eso – Respondió al sin decir nada más para continuar comiendo mientras el ajeno se dirigía al baño en busca de una toalla, se mantuvo en silencio durante el momento en que el ajeno estuvo ausente, que fue realmente poco, y continuó comiendo al sentir que el ajeno le abrazaba por la espalda, Moo-kyul entrecerró los ojos al sentir que le estaban engañando, lo sintió más no dijo nada y se quedó ahí sintiendo como el ajeno recorría su cabello con la toalla que ahora se dejaba caer para sentir las manos recorrer sus hombros, desvió levemente el rostro al sentir el rostro apoyado en su hombro y cerró los ojos apretando la mano ligeramente para no decir nada, no debía seguir preguntando, quizás…pero de todas formas no dejaría el asunto ahí, si Ryuichi no lo quiere decir el coreano buscará la forma para averiguar lo que estaba sucediendo.

-No puedo comer más- Comentó desganado mientras el ajeno le abrazaba besando su cuello, su piel se erizó ya que como todo ser humano aquel era uno de sus puntos sensibles. –Hueles a ají…- Sonrió levemente mientras el ajeno se levantaba para dejar la toalla en el baño, allí se demoró un resto y en ese tiempo en el que ambos estuvieron “separados” Moo-kyul fijó la vista en la ventana echando su cuerpo hacia atrás, totalmente serio con las piernas flectadas y cruzadas comenzó a jugar con sus dedos, nerviosos quizás o simplemente vacios, la sensación de vacío en su pecho comenzó a molestar al coreano que colocaba una expresión frustrada al sentir que algo no andaba bien.

-Qué es lo que sucede…Ryuichi- Susurró para sí mismo mientras echaba su cuerpo hacia adelante apoyando el codo en su pierna flectada acariciando su negra cabellera, desvió la mirada hacia la puerta de la habitación para respirar profundamente borrando la expresión de su rostro, no quería que el ajeno se diera cuenta de su preocupación y menos hoy que tendrían tan pocas horas para estar juntos.

Se paró de la cama para dejar la bandeja al lado, revolvió su cabello mientras limpiaba con la manga del chaleco su boca dándole un aspecto bastante infantil, pero no por ello sensual, se tocó el vientre que tenía aún sus músculos bien tonificados y rió satisfecho de estar bajo peso pero apretadito cuando de pronto Ryuichi salió del baño haciendo invitaciones a lo obvio, la vista del coreano rodó por el cuerpo siguiendo la trayectoria del dedo que acariciaba el pezón hasta el pie que quedaba levemente al descubierto por el blanco calcetín, Moo-kyul avanzó para sujetar la pierna arrodillándose mientras retiraba el calcetín con calma, allí acercó su rostro y besó los pies como si estuviera jurándole lealtad a la “reina” y así desvió la mano por la entrepierna ajena subiendo la palma hacia el vientre, el cual dejó al descubierto después de correr las ropas.

-Eres tan hermoso…-susurró después de acercar su rostro hacia el vientre el cual besó con suavidad como si agradeciera algo, ambas manos se aferraron contra las caderas contrarias separando las nalgas del marco de la puerta algo celoso quizás de que fuera rozado por algo que no fuesen sus manos.

-Okey, okey, me acostaré- Allí se levantó arrastrando a Ryuichi con él para dirigirse hacia la cama acariciando su propia nuca con su mano huesuda, un bostezo se dejó escuchar y tiró al japonés sobre la cama tirándose también él al lado de éste, allí lo observó durante un momento acariciándole la mejilla suavemente, sus ojos deslizó por el cuerpo contrario deteniéndolos al momento de llegar a la entrepierna, resopló por la nariz bajando el cuerpo para introducir la cabeza por debajo de las ropas que tapaban el vientre de Ryuichi y allí subió un poco dejando caer su cabeza contra el pecho, aspiró la esencia abriendo las piernas ajenas con su rodilla y allí se dejó caer completamente mientras sus brazos abrazaban posesivamente el cuerpo contrario, su lengua pasó por el pezón, esta vez sin morderlo para evitar las balas del guardaespaldas a las 3 de la mañana y rió imaginando la escena pensando que no podría lanzarse por la ventana para evitar ser agujereado.

-Voy a confesar algo…- Comentó aún con la cabeza debajo de la ropa contraria –Si Ryuichi me miente no lo perdonaré- Se levantó para salir de la “prisión” colocando ambas manos alrededor de la cabeza ajena –Si Ryuichi me esconde algo tampoco lo perdonaré, al fin y al cabo yo siempre te he dicho lo bueno y lo malo que he hecho- Entrecerró los ojos mirándole frío –Eres mío, por lo tanto todos tus secretos me pertenecen- Bajó la cabeza para lamer el mentón, acto seguido lamió el labio inferior el cual mordió tranquilamente mientras continuaba mirando al ajeno con los ojos entrecerrados y fríos –¿Es malo pedirle a mi amante un poco de confianza?- Allí introdujo la lengua caliente por la cavidad ajena para comenzar a besarle apasionada pero suavemente sintiendo cada roce de labios intensamente.