sábado, 4 de diciembre de 2010

El sonido del Todolujurioso.

Las preguntas iban y venían y el coreano embobado por las palabras y el olor ajeno sólo atinaba a cerrar los ojos sintiendo la dermis rosar la suya, aquellos dedos continuaban jugando con su cabellera ahora corta mientras su lengua agujereada por el que tenía enfrente pasaba por el cuello hacia los pectorales a la espera de sacar el sabor salado del cuerpo acaramelado.

-¿Uhm? –contestó como pregunta mientras apoyaba el peso total de su cuerpo sobre su palma extendida en las sábanas, la otra mano libre de pecado se desvió hacia su negra cabellera tocándola ligeramente mientras fijaba su atención en la pregunta, había el olvidado el porqué de su repentino corte de cabello, hace un par de meses su negra cabellera era un poco más larga que la de Sakuma, aquello provocaba ciertamente un desconcierto en las mujeres que lo veían arriba de los escenarios haciendo gestos lujuriosos para que alguna cayera en sus brazos aquella noche, Mookyul sonrió negando para dejar caer la mano hacia la cama nuevamente haciendo una flexión de brazos para continuar lamiendo el cuerpo ajeno.

-Lo corté porque era molesto- Respondió recordando que aquello fue una petición de su “padre” quién le pedía antes de morir que se cortara la negra cabellera para estar a la altura de su rango, y por dinero el menor era capaz de hacer lo que se le ordenara – Tsk…- chasqueó la lengua al darse cuenta de que tenía el mismo sentido corporativo que Seguchi al cual mantenía en la ralla de “servir o no servir”. Ahora el japonés se movía de un modo felino dando la vuelta a su cuerpo para hacer chocar sus nalgas bien formadas contra el miembro del coreano que ya comenzaba a reaccinar completamente, nuevamente mordió el hombro ajeno para dejar una marca, mientras sentía un leve cosquilleo en su entrepierna por los roces otorgados.

- ¿Ahhh… has olvidado los sueños que teníamos? –

Mookyul detuvo su mordisqueo territorial desviando el rostro para comenzar a comer las orejas haciendo un juego circular en el lóbulo al momento de ser alcanzado, al girar el contrario el rostro el coreano no dudó en hacerse de aquella boca que expulsaba una que otra palabra al momento de moverse, su lengua jugaba con una esquina de los labios mordiéndolo y chupándolo para hacer que tomara un aspecto hinchado, ahora los labios de Mookyul dibujaban una sonrisa soltando la presa de sus garras.

-Creo que me estoy volviendo viejo…- Separó su cuerpo para observar la espalda detenidamente mientras jugaba con el aro entre sus dientes –Lo único que puedo recordar es el sonido de mi nombre entre tus labios…-se llevó la mano hacia la cabellera nuevamente peinándola hacia atrás mientras reía ligera y certeramente divertido ante su propio comentario lleno de “amor”.

-Dios, no me hagas decir más estupideces…-Bajó su rostro para comenzar a lamer la espalda mientras sus manos se deslizaban siguiendo la forma de la espalda serpenteante hasta llegar a los pantalones, los cuales bajó a medida de que mordía la espalda. Pasó por los omóplatos mordiéndolos como si deseara romperlos para engullirlos por completo, ahora los pantalones y la ropa interior yacían en la mitad de las nalgas que se cortaban por la tela elasticada. La lengua del coreano bajó siguiendo la ruta de la columna mientras levantaba el cuerpo ajeno a nivel de la entrepierna para quitarle los pantalones dejando al descubierto los muslos que ahora recibían los rayos de luna, su lengua se detuvo en una de las nalgas para comenzar a darle cortas lamidas como un felino quién acicala su cuerpo para limpiarlo de impurezas, y sus dedos procuraban apretar ligeramente la entrepierna dándole una forma dura completa.

-Siempre has tenido un exquisito sabor…-Comentó sonriendo mientras dejaba caer el cuerpo ajeno para tirar los pantalones desde la vasta de estos lanzándolos lejos dejándolos en el olvido, Mookyul agarró la pantorrilla desnuda para abrir la pierna dando la vuelta al cuerpo que cayó rápidamente sobre las telas desordenadas mientras le volvía a observar en la oscuridad como si el pudiese ver todo tan claro como si estuviera a mitad de un día soleado y caluroso.

La pierna contraria se acomodó sobre el muslo estirado de un sentado Mookyul quién cerraba nuevamente los ojos mordiendo la pierna ya que realmente deseaba comer el exquisito cuerpo de aquel hombre que yacía frente a él lenta y seguramente, en el momento que avanzaba deslizando la extremidad por uno de sus hombros se detuvo, para tocar con la punta de sus dedos la punta del miembro tenso que chocaba contra la pubis contraria produciendo un suave y exquisito sonido, Mookyul sonrió después de jugar con “hilo de la estambre” y acercó su boca para darle un beso al glande.

-Ese mocoso…tocó acá? –Entrecerró los ojos algo enfadado mientras le daba otra lamida al tronco del pene en un estado completamente estimulado para pasear el aro por el glande hacia la abertura de la uretra que se dilataba al momento de la erección, Suspiró procurando no recordar para deslizar sus dedos por el escroto que se ensanchaba levemente jugando con éste como si fueran un par de canicas, después de un momento se detuvo mirando a Ryuichi desde abajo posicionando su cuerpo como un león asechando, y así como lo miró volvió a bajar la vista hacia el miembro el cual continuó recibiendo la atención necesaria, pero a pesar de estar divertido su cuerpo estaba incómodo, desde la última vez que ambos se vieron el cuerpo del coreano había crecido significantes centímetros maldiciendo un poco el tiempo de crecimiento del hombre que duraba hasta los 25 años, por lo que se sentó en la cama doblando sus piernas para volver a tomar el cuerpo contrario, esta vez de los muslos, y lo tiró hacia donde estaba él apoyando la mitad de la columna de éste sobre sus piernas dobladas, ahora los muslos se apoyaban ambos en los hombros de Mookyul quién bajaba el rostro unos centímetros para lamer el escroto, bajó un poco el cuerpo para comenzar a masturbar el miembro con su boca, su lengua por dentro daba ligeros círculos alrededor del pene que entraba y salía con una suavidad certera, los dedos de Mookyul se dirigieron hacia los pezones quienes se veían abandonados y erectos a la espera de que su tacto llenara el vació de calor que estaban teniendo, y allí jugó con estos peñiscandolos y observándolos detenidamente mientras tomaban un tono rojizo, después de un momento retiró los dedos para colocarlos en la boca de Ryuichi empapándolos con la saliva de éste e introduciéndolos una y otra vez al momento de sentir un calor recorrer su miembro que palpitaba por la sangre acumulada. En ese momento el sonido del vibrador del teléfono que yacía sobre el velador desvió la atención del coreano quién retiraba sus dedos de la cavidad bucal ajena, su boca también desalojó el miembro que comenzaba a expulsar líquido pre-seminal, su lengua lamió la humedad de sus labios mientras la mano húmeda comenzaba a masturbar el miembro para que el ajeno no perdiera el ritmo y alzó su cuerpo hacia un lado tomando el celular entre su mano.

-Que oportuno- Comentó para sí mismo mientras la mano continuaba, colocándose pegajosa al llenarse con el líquido seminal, Mookyul miró a Ryuichi para llevarse la mano hacia la boca y lamer el semen como si fuera el mejor de los manjares y tiró el celular hacia un lado dejando caer el trasero ajeno sobre la cama, pegó su boca contra la ajena para separar el acercamiento con la lengua que jugaba con el labio inferior, ambos de sus dedos no pudieron soportar la espera y se introdujeron por la cavidad anal deslizándose rápidamente por la humedad del orificio.

-Que lujurioso…- Sonrió maliciosamente mientras el sonido lascivo comenzaba a llenar la habitación y ahí nuevamente el sonido del celular desvió la atención de Mookyul quién cerraba los ojos bastante cabreado, se volvió a sentar procurando no desviar la atención de sus dedos de la cavidad y agarró el teléfono para contestar.

-Jefe, ¿Cuándo bajará?- Mookyul movió la cabeza en modo de negación apretando los dientes al recordar de que no había venido solo.

-Puedes irte- Ordenó mientras miraba a Ryuichi de una manera fría moviendo sus dedos para sonreír.

-¿Qué está haciendo?- El chico lo sabía, mas era interesante escuchar la excusa que Mookyul le daría, o eso pensaba.

-No te interesa, ahora márchate- Mookyul alejó el teléfono de su oreja para colgar, más la voz del ajeno lo detuvo. –Vete- Ordenó deteniendo sus dedos los cuales retiró de la cavidad al verse interrumpido.

-Yo…- El chico rubio cerró los ojos recordando lo que le había dicho a Tatsuha en el camarín y por primera vez sintió que su posición como “sustituto” era más dura que la posición de Mookyul.

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