domingo, 5 de diciembre de 2010

So hot.

El ajeno se revolvía dando leves tiritones entre las sábanas mientras Mookyul le limpiaba el sudor con la toalla húmeda, la fiebre comenzaba a subir y el calor lo hiso desesperarse, mas hiso caso a Ryuichi cuando este le pidió que le abrigara, he independiente del calor enfermizo que pudiera sentir sonrió abrazándole para acariciar con una de sus manos la espalda ajena.

-¿Desde hace cuanto que no me enfermaba?- Pensó mientras colocaba la mano en su frente sudorosa, su rostro sonrojado por el nivel alto de fiebre cayó sobre los cabellos ajenos respirando la esencia que contenían, sus ojos lentamente comenzaron a cerrarse más luchó por un momento en seguir acariciando al que tenía entre sus brazos, quizás sería la última oportunidad que tendría de estar al lado de aquel ser que tanto amaba pero la fiebre le pasó la cuenta y cayó rendido abrazado del cuerpo del ajeno.

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-Mocoso… ¿Nuevamente tienes fiebre? –Mookyul se sentó en la cama tratando de respirar mientras la mujer con poca ropa lo observaba, en una de sus manos el vaso repleto de licor se aferraba para no caer por el estado alcohólico de la mujer que se acercaba golpeando el rostro del joven Moo-kyul. –No deberías haber nacido…- Nuevamente otro golpe se dejó caer en la mejilla sonrojada de Mookyul que luchaba por no respirar agitado.

-Pues pienso lo mismo de ti…madre- La mujer enfadada comenzó a golpear al coreano quién en esa época tenía 4 años, los golpes se repetían una y otra vez mientras el llanto y el sudor de la mujer caían sobre el cuerpo maltratado de Mookyul quién se aferraba a las sábanas sucias para no gritar de dolor, sería un mocoso, sí, pero nunca lloraría frente a aquella mujer aunque fuese lo último que hiciera.

-Ah…ahh…No sabes cuánto te odio…- Después de un momento la mujer se detuvo quebrando el vaso en la cabeza del agonizante mocoso que aún no emitía palabra, la fiebre, el dolor, las heridas, la sangre, y la inestabilidad de su respiración hicieron sonreír al chico que yacía con el rostro hinchado por tanto golpe, se preguntó entonces el porqué de su nacimiento, quizás su madre pensó que podría tener al padre de éste en sus brazos al momento de nacer Mookyul, mas se equivoco, la amante nunca tendría lugar en la casa de un artista casado y con dos hijos, el pequeño cerró los ojos y susurró.

-No te creas tanto sólo por tener poder…- y cerró los ojos cansado de respirar para jurarse a sí mismo que si alcanzaba a sobrevivir nunca haría pasar a alguien el tormento que pasó en ese momento. Pasó un día, dos días, tres días más nadie le ayudaría a levantarse, al parecer la mujer que le dio a luz escapó pensando que lo había asesinado y para evitar problemas policiales se escondió con uno de los tantos amantes que tenía y ya cuando no podía más se levantó de la cama ensangrentada para tirarse al suelo arrastrándose hacia la salida del roñoso departamento.

-Nunca tendré hijos…-comentó para sí mismo el mocoso de 4 años que luchaba de un modo desesperado por salir de aquella prisión y al momento de llegar a la puerta se dio cuenta de que no podía levantarse, rió levemente mientras sus deseos de vivir sobrepasaban su deseo de morir.

–Esto es tan tonto…- Se afirmó del buzón de la puerta para comenzar a levantarse lentamente rasgando las heridas en su cuerpo con el roce de la madera vieja y con el último esfuerzo que tuvo abrió la puerta cayendo hacia el exterior. –Muere, zorra…- Se echó a reír nuevamente a la espera de que alguien lo recogiera del suelo y lo llevara a un lugar deshabitado para morir con orgullo.

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-no me agradan esos sueños- comentó mientras levantaba su cuerpo al ser amenazado por ambas pistolas, aunque realmente no le importaba morir en ese momento, no es como si Mookyul hubiera tenido alguna vez deseos de vivir.
Yo no sé qué mierda tanto hacen… tampoco me debería importar, pero… ¿no crees que te has pasado de la raya?”

Mientras estaba parado en la puerta afirmando su cuerpo para no caer al suelo escuchaba a lo lejos las palabras de Claude que miraba enfadado el cuerpo de Ryuichi con uno que otro moretón por los mordisco, Mookyul se dio la vuelta para dirigirse al baño limpiando su cuerpo con una de las toallas regadas por la habitación, resopló por la nariz mientras sonreía viéndose al espejo y ahí estuvo por unos 5 minutos hasta que salió del baño vistiéndose lo más rápido posible, al fin y al cabo Ryuichi se encontraba mal y no quería arriesgarse a que muriera por su falta de rapidez. Al Salir del lugar la gente lo observó mientras se colocaba en la cabeza la capucha de la camisa que ya había dejado de ser blanca, una que otra gritó disimulada y uno que otro tuvo la valentía de acercarse para pedir un autógrafo al cantante de Lust, Moo-kyul los miró y sonrió con el rostro notoriamente sonrojado por la fiebre que subía y subía y llevándose el dedo hacia la boca les guiño el ojo para que mantuvieran silencio, los fanáticos se alejaron dándole la pasada al hombre que luchaba por mantenerse en pie y al momento de llegar a la salida se aferró contra la puerta para no caer al suelo.

En el auto se dejó caer mirando a Ryuichi fijamente mientras respiraba agitado y con dificultad, trató de estirar la mano pero sus fuerzas se lo impidieron y desvió la mirada hacia la ventana del auto observando cómo los edificios pasaban rápidamente.

-Que malo…- Susurró levantando su cuerpo como pudo después de llegar al hospital, siguió con la vista a K quién llevaba al cantante en sus brazos y los médicos corrieron para ver lo que le sucedía al inconsciente Ryuichi, Moo-kyul se llevó la mano hacia la cabellera recordando que aquello sería un gran malentendido en las revistas de farándula, sonrió cayendo lentamente hacia un lado donde una de las enfermeras le sujetó como pudo tocándole el rostro afiebrado, mas el coreano se alejó ya que tenía malas experiencias con las mujeres al momento de enfermarse, caminó hacia una de las habitaciones y ahí se tiró a la espera de que alguien le atendiera, cerró los ojos y allí quedó inconsciente por 3 días.

En las afueras del hospital la noticia de que Sakuma Ryuichi y Moo-kyul Eun estaban en “estado crítico” hiso que la prensa nacional e internacional se enfocara en ello, afuera de la habitación de Mookyul estaba el manager quién lloraba esperando que Moo-kyul despertara pero no, la ausencia de oxígeno en su cerebro después de la excesiva fiebre imposibilitaba la mejora del cantante quién perdía peso por no recibir comida ni agua, al lado del manager yacían los demás integrantes del grupo que esperaban alguna noticia esperanzadora.
-Mierda, esto es su culpa…- Comentó el mánager quién se levantaba del asiento para dirigirse hacia la habitación de Ryuichi Sakuma encontrándola completamente vacía.

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