martes, 7 de diciembre de 2010

Estoy enfermo

Sus manos se aferraban a la ropa ajena mientras su rostro desesperaba esperaba alguna respuesta, enfadado sintió que poco importaban sus explicaciones, el contrario era indiferente a la situación, mas cuando vio caer los lentes para ver el real rostro de Ryuichi se quedó helado, mudo, sus piernas flaquearon levemente por lo que había hecho y se dejó arrastrar hacia atrás por el guardaespaldas del ajeno que daba un consejo bastante enfadado, Moo-kyul cayó al suelo mirando los pies de Ryuichi para después ver como se lo llevaban alzando el brazo para impedir que lo alejaran antes de aclarar la situación.

-Ryuichi…- Comentó con la voz quebrada mientras torpemente se levantaba repitiendo una y otra vez la voz del ajeno que ahora era separado del resto de las personas –¡¡RYUICHI!!- Gritó desesperado mientras como un niño se echaba a llorar agachándose mientras agarraba su cabeza para entender lo que estaba sucediendo, la voz de la mujer por el interlocutor del aeropuerto anunció la salida del avión haciendo que el coreano se levantara para echarse a correr rápidamente con la esperanza de que pudiera verlo, todo a su alrededor pasaba en cámara lenta, el grito de las mujeres que lo veían pasar, el grito del manager quién le recordaba su estado de salud y al final, muy al final los gritos de los periodistas que pedían explicaciones a todo lo ocurrido, sus pies trataban de moverse aún más rápido más su anatomía se lo impidió y se detuvo frente a la baranda que daba hacia la salida de los aviones, aferró sus manos contra el frío metal y allí grito nuevamente el nombre de quién ya yacía en el aire volando hacia su país natal.

-¡RYUIICHIIIIIIIIIIIIII!- el grito se dejó escuchar en la parte oeste del aeropuerto y ahí caía lentamente Moo-kyul aferrándose para no azotar su cabeza contra el vidrio del lugar, el manager corrió a verlo y allí trato de sacarlo del lugar más el coreano continuaba llorando como si fuese un niño recién nacido que necesita del amor de su madre para sobrevivir.

-¿Reconocerá al niño? ¿Qué hará con Ryuichi Sakuma ahora? ¿Alguna vez lo amó? ¿Se casará con aquella mujer?- Las preguntas iban y venían mientras los periodistas se acercaban en circulo al hombre que luchaba por levantarse del suelo para golpear a uno que otro camarógrafo, allí los micrófono y cámaras digitales volaron mientras un alterado Moo-kyul destrozaba todo lo que había a su paso secando sus lágrimas con la manga de su chaleco.

-Je-¡JEFE!- entre la gente el subordinado rubio del coreano apareció para alejarlo del lugar mientras el manager se disculpaba por la actitud de su artista, Moo-kyul respiró alterado tomando la pistola que traía Ewon en su pantalón para dispara a la pierna del manager que caía al suelo rogando por su vida.

-Escúchame esto…nunca te perdonaré- El coreano dio la vuelta a su cuerpo dejando al hombre desangrándose en el suelo y allí comenzó a caminar colocándose las gafas negras para tapar su expresión de llanto, Ewon llamó a la ambulancia mientras caminaba atrás del hombre que tomaba nuevamente la apariencia del jefe de la mafia y bajó el rostro apenado por la situación en la que se encontraba el joven hombre de 22 años, el rubio sabía lo obsesionado que estaba el pelinegro con el que lo había dejado y también sabía que después de esto Moo-kyul ya no sería el mismo –Tráeme a la zorra y…al niño- Allí desapareció rápidamente entre las calles de la ciudad.

Los días pasaron y cada día el hombre se encerraba en su departamento a beber hasta que perdía la conciencia, a veces llegaba intoxicado al hospital privado sin que nadie se enterara de ello, cortaba sus muñecas una que otra vez con los deseos de morir mas hiciera lo que hiciera era devuelto a la vida por su hermano mayor quién cansado de verlo en ese estado lo golpeaba hasta dejarlo inconsciente y allí una y otra vez se aferraba a las batas blancas para que lo dejara morir una y otra vez, Hyung pensó que en una semana un hombre era realmente capaz de destruirse por completo por amor.

-Moo-chan…¿estás bien?- En la cama del hospital despertaba el hombre después de su segundo intento de suicidio y arriba de él yacía una hermosa mujer de cabellos verdes que lloraba por la condición actual de Moo-kyul.

-¿Parezco estarlo?- Contestó mientras empujaba a la mujer que cayó al suelo adolorida por la brusquedad del hombre que la miraba fríamente. -¿Quién eres?- Preguntó mientras agarraba a la mujer con su mano buena.

-kyoko…Isaki Kyoko…- Contestó en japonés levantándose del suelo para acariciarse el trasero cerrando un ojo –Soy la madre del pequeño, me trajeron a la fuerza con Chu-chan- Mookyul ladeó el rostro levemente mientras se levantaba de la cama para comenzar a vestirse, ciertamente el jefe de la mafia debía hacerse cargo de sus cosas, no podía estar tanto tiempo sufriendo o por lo menos preocuparse del dolor que sentía en las horas que no había trabajo.

-¿Chu…chan?- Preguntó confundido después d terminar de vestirse y la mujer sonrió para salir de la habitación trayendo al chico entre sus brazos.

-Chul-moo Eun- Retiró la mantilla del cuerpo del pequeño de 3 meses quién jugaba con un gato de peluche, Moo-kyul miró al chico y sonrió dolido mientras le acariciaba el cabello.

-Tiene el cabello verde…- Comentó mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos, la mujer nerviosa comenzó a moverse al ver al ajeno llorar mientras el bebé estiraba los brazos hacia el llorón hombre de 22 años, ya no había vuelta atrás, el coreano prometió que no dejaría a un chico abandonado a su suerte para que viviera un pasado como el que tuvo él, lo tomó en brazos para salir de la habitación –No me llames Moo-chan- La mujer rió caminando con los brazos hacia atrás asintiendo como “la buena chica que era”.

-Ohh, el cantante de Lust sacó una canción la cuál es dirigida para ya sabemos quién- Rió el comentarista de música que se tapaba la boca como todo un picarón.

-Aunque él no ha dicho nada, tampoco ha aclarado el asunto que tuvo con Sakuma Ryuichi, sólo sabemos que se casará a finales de mes con la madre de Chul- Sorprendido desvió el rostro hacia el comentarista del lado.

-Nooo, ¿enserio? ¿Quién informó aquello?-

-Pues el mánager que fue herido en extrañas circunstancias-

-ajajaja como siempre, Moo-kyul Eun causando estragos en la farándula coreana, bueno, Aquí le dejamos el cover que hiso de una canción francesa la cuál tradujo al coreano, debería sentir un poco más la partida de su “amor”- Los comentaristas rieron al mismo tiempo.

-Oi, oi, esta canción me hace llorar cada vez que la escucho por lo que deberíamos respetar a la más grande estrella coreana, Aquí les va “Estoy Enfermo”-

http://www.youtube.com/watch?v=e1xlhydGUr8

Moo-kyul apagó la televisión que yacía en su oficina y allí inyectó un remedio para el dolor en sus venas cerrando un ojo como demostración de molestia mientras al lado de él yacía la mujer sentada sobre el escritorio con el niño en brazos, Chul comenzó a llorar y la mujer desesperada comenzó a gritarle para que se callara, el coreano se levantó del asiento y empujó a la chica quitándole al niño y desde arriba la miró como la peor escoria del mundo.

-No lo toques, sólo tiene hambre- Comentó mientras veía al pequeño chuparse el dedo desesperado por algo de comida, cerró los ojos apretando al infante para levantar a la mujer bruscamente. -Dale de comer- le entregó al niño mientras el teléfono sonaba. En la oficina estaba todo ajetreado por la boda del jefe de la mafia.

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