jueves, 2 de diciembre de 2010

My religion is you.

Los gritos comenzaban a intensificarse mientras los sonidos electrónicos de los teclados opacaban ligeramente la respiración del cantante que hacía un juego con el micrófono como si se tratase de un miembro duro a la espera de una lamida de aquella lengua, las mujeres se abalanzaban hacia adelante estirando las manos para creer en sus diminutas mentes que así podrían alcanzarlo de alguna manera, en su imaginación aquel hombre de cabellos verdes era lo más cercano a lo divino. Mookyul por el contrario se mantuvo en silencio durante el primer momento, sus manos en los bolsillos jugaban sudorosas con los objetos correspondientes a cada saco mientras sus ojos luchaban para no observar el espectáculo que el contrario daba, a su lado los integrantes de la banda observaron asombrados por la capacidad de aquel”conejo” de crear un espectáculo inmenso.

-Puedo entenderlo…- Comentó el bajista quién prácticamente babeaba por la presentación.

-Tiene una enorme capacidad…- El guitarrista comenzó a mover su pie de un modo disimulado mientras sonreía calmo escuchando la voz ajena.

-Ciertamente…impresionante- El tecladista se dio la vuelta para ver a las mujeres y hombres que gritaban eufóricos por el hombre de mediana edad.

-SAA-KUU-MAAA- SAAN~- el menor de los presentes saltaba como un fan más mientras movía sus brazos al son de la música, los demás integrantes lo observaron fijamente riendo por la capacidad del joven de adorar a las personas.

-Está mal subestimar a las personas, idiotas- El manager después de que se masturbó correctamente se dirigió al lugar donde “Lust” se encontraba, limpió sus lentes arreglándolos en su rostro mientras golpeaba la cabeza del menor para que recobrara la compostura, después desvió los ojos hacia Mookyul para arreglar nuevamente sus lentes aclarando su garganta mientras evitaba que su rostro mostrara su sonrojo.

-Ah…ah…ah…- De un modo tentador la respiración de Mookyul comenzaba a expresarse lascivamente por su boca entre abierta, la voz del ajeno calaba profundamente en el deseo del coreano quién abría los ojos para observar el festín que el bastardo le otorgaba, sus orbes a pesar de la lejanía se encontraron con el animado hombre que acariciaba sus propias partes ensalivando su dermis para dejar un camino brillante al mezclarse con las luces del lugar, Mookyul movió levemente el rostro mientras apretaba sus ojos y sus dientes para que el deseo no se apoderara de él, pero aquello le fue imposible.

-Tengo ganas de masturbarme…- Comentó el coreano mientras bajaba su mano hacia su entrepierna desabrochando el cinturón de color negro, los demás integrantes lo quedaron mirando y se taparon el rostro por la falta de sensatez del jefe de la mafia coreana quien apoyaba su mano extendida en un fierro para comenzar a masturbarse.

-Ryui…chi- Susurró extasiado mientras sus dedos recorrían el tronco palpitante de su miembro duro, sus dedos chocaron contra sus testículos de un modo brusco y aquello se repitió una que otra vez hasta detenerse comenzando a jugar con la punta de su pene que expulsaba un elixir levemente cremoso.

-¡¡O-Oye!!- Gritó jun tratando de tapar al lujurioso demonio que mostraba su excitación abiertamente, Mookyul le tapó la boca con su mano pegajosa por el líquido seminal y le abrió la cavidad bucal para introducir sus dedos humedeciéndolos por completo.

-Cállate, no me dejas escuchar- Retiró los dedos para llevarlos nuevamente hacia su miembro mojándolo con la saliva del chico quién sonrojado se limpiaba la boca con la manga de su chaleco tratando de sacarse el sabor ligeramente salado.

La canción comenzaba a llegar a su final y la excitación obligó a Mookyul a mirar hacia arriba, deseaba acabar pensando que se correría en la boca del cantante quién continuaba sus movimientos pélvicos insinuantes, ahora su mano estaba completamente mojada y su respiración se aceleró bajando el rostro el cual apoyó contra la pared levemente alta que yacía delante de ellos, su frente se regocijó en el frío del cemento mientras la sensación de eyaculación llenaba de éxtasis su uretra, un ligero espasmo al momento de acabar la canción le hiso eyacular manchando su mano por completo, el manager enfadado le dio con un folleto en la cabeza recordándole con la reprimenda que no debía manchar su preciado traje, Mookyul sonrió tratando de recuperar la respiración y desvió la mirada hacia el hombre, se llevó la mano hacia la boca y lamió el semen levemente mientras entrecerraba los ojos con malicia y frialdad, el manager apretó los dientes por dejarse llevar por un bastardo 10 años más joven que él.

-Lámelo- Ordenó estirando la mano, mas el hombre de mediana edad lo limpió con su pañuelo el cual guardaba cautelosamente.

-Muérete ya- Respondió a la orden para después arreglarle el pantalón como si se tratase de un niño pequeño, Mookyul miró nuevamente hacia arriba aceptando el hecho de que no importa cuántos años pasaran, cuantos cuerpos toque y cuanto alcohol beba, nunca nada ni nadie logrará generar aquella excitación como la genera Ryuichi Sakuma.

-A todo esto, tengo una duda- El manager desvió el rostro hacia el guitarrista quién saludaba a las mujeres que yacían tras ellos -¿Por qué no deseas ver nuevamente a Sakuma-san?– El coreano después de escuchar la pregunta se calmó desviando la mirada hacia arriba recordando el porqué del “odio” y el rechazo hacia Ryuichi, y después de meditarlo un momento no logró llegar a una conclusión coherente o satisfactoria. La mano que yacía apoyada en el fierro verdoso cayó al darse cuenta de su propia estupidez, realmente no había razón alguna para no hablar con el japones.

Mookyul en ese año que había estado separado de Ryuichi había cambiado hasta su hábito infantil de perseguir al japonés como un perro faldero y al darse cuenta de ello se echó a reír a carcajadas apretando su estómago con la mano limpia.

-Hey, Gael, deja de confundir a este idiota sádico que pronto será el momento de subir al escenario- El manager suspiró arreglándole la ropa del torso al coreano que continuaba riendo aún cuando deseaba realmente escuchar el show hasta el final.

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