martes, 7 de diciembre de 2010

Desconfianza

Sus ojos se fijaron en el rostro de Ryuichi que parecía estar normal, como siempre, más había algo extraño en aquel ser, algo le molestaba y eso se notaba a lo lejos, Ryuichi sabía actuar, sí, pero Moo-kyul conocía cosas que ni siquiera él conocía de sí mismo, suspiró para evitar hacer una escena en aquel momento tan tranquilo entre ambos y escuchó las respuestas que el ajeno lanzaba que más parecían excusas, se llevó a la boca un vegetal picante el cual comía naturalmente ya que estaba acostumbrado.

-Lo que no me gusta es que le tomes más atención al conejo, sólo eso – Respondió al sin decir nada más para continuar comiendo mientras el ajeno se dirigía al baño en busca de una toalla, se mantuvo en silencio durante el momento en que el ajeno estuvo ausente, que fue realmente poco, y continuó comiendo al sentir que el ajeno le abrazaba por la espalda, Moo-kyul entrecerró los ojos al sentir que le estaban engañando, lo sintió más no dijo nada y se quedó ahí sintiendo como el ajeno recorría su cabello con la toalla que ahora se dejaba caer para sentir las manos recorrer sus hombros, desvió levemente el rostro al sentir el rostro apoyado en su hombro y cerró los ojos apretando la mano ligeramente para no decir nada, no debía seguir preguntando, quizás…pero de todas formas no dejaría el asunto ahí, si Ryuichi no lo quiere decir el coreano buscará la forma para averiguar lo que estaba sucediendo.

-No puedo comer más- Comentó desganado mientras el ajeno le abrazaba besando su cuello, su piel se erizó ya que como todo ser humano aquel era uno de sus puntos sensibles. –Hueles a ají…- Sonrió levemente mientras el ajeno se levantaba para dejar la toalla en el baño, allí se demoró un resto y en ese tiempo en el que ambos estuvieron “separados” Moo-kyul fijó la vista en la ventana echando su cuerpo hacia atrás, totalmente serio con las piernas flectadas y cruzadas comenzó a jugar con sus dedos, nerviosos quizás o simplemente vacios, la sensación de vacío en su pecho comenzó a molestar al coreano que colocaba una expresión frustrada al sentir que algo no andaba bien.

-Qué es lo que sucede…Ryuichi- Susurró para sí mismo mientras echaba su cuerpo hacia adelante apoyando el codo en su pierna flectada acariciando su negra cabellera, desvió la mirada hacia la puerta de la habitación para respirar profundamente borrando la expresión de su rostro, no quería que el ajeno se diera cuenta de su preocupación y menos hoy que tendrían tan pocas horas para estar juntos.

Se paró de la cama para dejar la bandeja al lado, revolvió su cabello mientras limpiaba con la manga del chaleco su boca dándole un aspecto bastante infantil, pero no por ello sensual, se tocó el vientre que tenía aún sus músculos bien tonificados y rió satisfecho de estar bajo peso pero apretadito cuando de pronto Ryuichi salió del baño haciendo invitaciones a lo obvio, la vista del coreano rodó por el cuerpo siguiendo la trayectoria del dedo que acariciaba el pezón hasta el pie que quedaba levemente al descubierto por el blanco calcetín, Moo-kyul avanzó para sujetar la pierna arrodillándose mientras retiraba el calcetín con calma, allí acercó su rostro y besó los pies como si estuviera jurándole lealtad a la “reina” y así desvió la mano por la entrepierna ajena subiendo la palma hacia el vientre, el cual dejó al descubierto después de correr las ropas.

-Eres tan hermoso…-susurró después de acercar su rostro hacia el vientre el cual besó con suavidad como si agradeciera algo, ambas manos se aferraron contra las caderas contrarias separando las nalgas del marco de la puerta algo celoso quizás de que fuera rozado por algo que no fuesen sus manos.

-Okey, okey, me acostaré- Allí se levantó arrastrando a Ryuichi con él para dirigirse hacia la cama acariciando su propia nuca con su mano huesuda, un bostezo se dejó escuchar y tiró al japonés sobre la cama tirándose también él al lado de éste, allí lo observó durante un momento acariciándole la mejilla suavemente, sus ojos deslizó por el cuerpo contrario deteniéndolos al momento de llegar a la entrepierna, resopló por la nariz bajando el cuerpo para introducir la cabeza por debajo de las ropas que tapaban el vientre de Ryuichi y allí subió un poco dejando caer su cabeza contra el pecho, aspiró la esencia abriendo las piernas ajenas con su rodilla y allí se dejó caer completamente mientras sus brazos abrazaban posesivamente el cuerpo contrario, su lengua pasó por el pezón, esta vez sin morderlo para evitar las balas del guardaespaldas a las 3 de la mañana y rió imaginando la escena pensando que no podría lanzarse por la ventana para evitar ser agujereado.

-Voy a confesar algo…- Comentó aún con la cabeza debajo de la ropa contraria –Si Ryuichi me miente no lo perdonaré- Se levantó para salir de la “prisión” colocando ambas manos alrededor de la cabeza ajena –Si Ryuichi me esconde algo tampoco lo perdonaré, al fin y al cabo yo siempre te he dicho lo bueno y lo malo que he hecho- Entrecerró los ojos mirándole frío –Eres mío, por lo tanto todos tus secretos me pertenecen- Bajó la cabeza para lamer el mentón, acto seguido lamió el labio inferior el cual mordió tranquilamente mientras continuaba mirando al ajeno con los ojos entrecerrados y fríos –¿Es malo pedirle a mi amante un poco de confianza?- Allí introdujo la lengua caliente por la cavidad ajena para comenzar a besarle apasionada pero suavemente sintiendo cada roce de labios intensamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario