viernes, 3 de diciembre de 2010

No se puede evitar

Podía sentir el palpitar del corazón ajeno en su propio pecho, podía también sentir el esfuerzo de su respiración por no demostrar la pena que en ese momento estaba sintiendo el ajeno que acariciaba su cabeza como si se tratara de algo completamente normal entre ambos, era extraño, sí, mas extremadamente placentero para Mookyul que lentamente cerraba sus ojos dejando caer su frente sobre el pecho ajeno tratando de esconder aquella sonrisa calma y la alegría que sentía al escuchar las palabras ajenas.

“Te quiero…”

Los ojos del coreano se extendieron sorprendidos por la repentina confesión del ajeno quién escondía su rostro en la almohada que yacía a su lado, quería agregar algo pero en ese momento las palabras no eran necesarias, sus dedos se aferraron a las prendas ajenas mientras su rostro se escondía nuevamente respirando hondo para evitar parecer débil y nervioso como un niño a quién acunaban, quería seguir pretendiendo que era un hombre fuerte y que las palabras de amor no eran nada más que una mariconada que se decía al momento de querer seducir el corazón de alguien para tener su cuerpo pero vaya…aquella frase compuesta por dos simples y quizás insignificantes palabras habían logrado que el coreano comenzara a sonreír como un estúpido enamorado al borde del colapso.

“Pesas…

Mookyul se levantó al momento de ser corrido para apoyar la planta de su zapato sobre las sábanas flectando la rodilla levemente mientras desordenaba su cabello levemente tratando de calmar así su cuerpo pero no podía evitarlo, aquel hombre de mediana edad quién se alejaba para que el coreano no pudiera ver su rostro conseguía que el comportamiento diario de Mookyul se viera afectado con cada palabra que éste emitía, con cada mirada, con cada rechazo…dejó caer su mano para mirar hacia la puerta del baño mirando el rostro de quién normalmente era un hombre que vivía sus días a concho más no satisfactorios y como si se tratase de una orden se levantó con calma observando como el conejo las hacía de gato arrastrándose por la gigante cama que ahora era lo suficientemente pequeña como para estorbar. Se paró al lado de la cama dejando que el ajeno le desnudara el torso, su respiración chocaba contra los cabellos ajenos moviéndolos levemente por los resoplos suaves, por primera vez en su vida Mookyul pensó que las manos de un hombre podrían ser muy acogedoras.

-…- Quiso comentar algo pero no debía, quiso tocarle de la misma manera pero no sentía que debía acariciarlo con intención sexual por lo que se abstuvo de mover sus extremidades y simplemente siguió con las ordenes que el ajeno le daba, realmente deseaba revolcarse en aquella cama con el japonés quién yacía bajo las sábanas a la espera de su llegada pero no se trataba de un revolcón sexual, más bien deseaba acariciar y amar aquel cuerpo como nunca nadie antes lo había hecho.

Se colocó las manos en el pantalón para comenzar a bajar el cierre de este desabrochando su botón, las puntas que juntaban la parte delantera de la prenda cayeron hacia los lados mostrando la ropa interior negra del cantante quién tomaba los extremos con una de sus manos para evitar que la prenda cayera al suelo abruptamente.

-Me ducharé primero…-Comentó algo arrepentido de arruinar el momento con su comentario, mas debía hacerlo, un tipo pretencioso como él no gustaba del olor a sudor impregnado en su cuerpo y por primera vez tampoco gustaba del olor a tabaco que normalmente lo acompañaba. Se dio la vuelta moviendo su cabeza para caminar hacia el baño donde se desnudo para introducirse en la ducha rodeada de espejos que reflejaban sólo la parte superior del cuerpo. Mookyul abrió la llave del agua fría la cual recorrió su cuerpo rápidamente, ahora el aire salía por su boca entreabierta que trataba de beber un poco de agua, su lengua se estiró mostrando el aro plateado que chocó contra sus labios produciendo un ligero cosquilleo que terminó al momento de cerrar la boca, y después de tragar el agua que por alguna razón sabía exquisitamente dulce miró hacia el espejo apoyando ambas manos extendidas en el cristal, sonrió nuevamente para dejar caer su cabeza como si estuviera reconociendo una derrota que lucho por ganar y ahí se mantuvo por 15 minutos hasta que su cuerpo estuviera lo suficientemente frío como para no sentirlo.

Al salir de la ducha se secó lo más que pudo mientras su cabello húmedo era peinado con la mano deslizándolo hacia atrás, después de colocarse la toalla alrededor del cuello se dirigió hacia un ropero que había con detalles elegantes y modernos, Mookyul sabía que en aquel lugar habrían pantalones para dormir ya que había estado en uno de los tantos hoteles de la cadena “Seito”, se colocó la prenda para dirigirse hacia la cama mientras la toalla blanca era arrastrada por el suelo como si se tratase de un mero trapo, y al llegar al lado de la cama observó nuevamente a Ryuichi quién yacía mirando el ventanal en posición fetal, los rayos de la luna realmente eran capaces de capturar la atención de una persona mucho tiempo. Se dejó caer al lado de la cama mientras sus brazos fríos por el agua congelada rodeaban el cuerpo ajeno apretándolo contra su torso desnudo, levantó ligeramente el cuerpo de Ryuichi con la mano que se escondía entre el cuerpo de éste y la cama para colocar su otro brazo entre el cuello y la cabeza del japonés apretándole firmemente como si se tratara de la posesión más delicada, allí se mantuvo en silencio mientras el sonido del reloj comenzaba a inundar la habitación extensa recordándole la vez en que estuvo solo en su habitación…realmente no habían pasado muchas horas de aquello pero realmente se sentía muy distinto…realmente era todo muy distinto.

-Sarangahe…- Susurró sin importarle si el ajeno supiera cual era el significado de la palabra separándose un poco para besar el hombro descubierto de Ryuichi, levantó su cuerpo quitando el brazo que yacía de almohada y se colocó encima del contrario apoyando el peso de su cuerpo en las palmas de sus manos para mirarlo fijamente con aquellos ojos que brillaban en la oscuridad de la habitación, bajó sus labios posándolos sobre la mejilla de Ryuichi mientras tomaba uno de los brazos de este para desviar la cabeza besando la extremidad hasta llegar a los dedos los cuales lamió rozando la dermis con el aro, escondió su lengua posando sus labios sobre el dedo anular recordando que en una esquina de su velador aún yacía aquel anillo que había comprado para el peliverde. Una gota de cristal se deslizó lentamente por las puntas de los cabellos del coreano cayendo sobre el torso ajeno mientras abría nuevamente sus ojos fijándolos en la nada para mantener el recuerdo, pero ya no era preciso mantenerse perdido en sus recuerdos, ahora el hombre al que tanto deseaba yacía bajo su cuerpo recibiendo los besos de un Mookyul que sonrió calmadamente dejando el brazo que sostenía aún sobre su espalda para acortar la distancia entre ambos rostros, y desviando el rostro ajeno con su nariz abrió la boca para insertar sus dientes en la dermis contraria como si tratara de marcar su territorio.

-Ryui…-

No hay comentarios:

Publicar un comentario